LA IGNORANCIA

La ignorancia concebida como la ausencia de conocimiento, es una debilidad conocida desde hace siglos. Y la falta de conocimiento no debe confundirse con la intuición, que le es una propiedad natural del ser humano y no una aptitud aprendida.
Los Egipcio y Romanos basaron su poderío en la superioridad de los conocimientos, o si se quiere, en la ignorancia de otros pueblos escasos en conocimientos a los que dominaron.
Nuestros indígenas americanos padecieron la ignorancia, aunque algunos preclaros caciques ya se habían dado cuenta de ello, de que sería la ignorancia la que los llevaría a la ruina como pueblo. La ignorancia es la principal causa del sometimiento, y también de la rebeldía.
Ahora existe otro tipo de ignorancia, la que se da entre la gente instruida que ya no es ignorancia consuetudinaria, sino ignorancia especifica sobre temas en concretos. Todos no podemos saber todo de todo, y a los que no aceptan su ignorancia selectiva y no asumen tal condición me quiero referir.
Hay en nuestra sociedad personajes que lo único que atinan a hacer dentro de su ignorancia, es poner piedras en el camino a aquellos que saben "una letra más", la que no han obtenido por clarividencia o gracia divina, sino por una conjunción de estudio y experiencia, que es la madre de todas las ciencias. Y ya sabemos que estudiar es duro, y la experiencia implica años de dedicación.
Pero resulta que estos ignorante selectivos patológicos utilizan una técnica muy precisa para sobreponerse a su desconocimiento: LA SOBERVIA. La sobre exposición de los pensamientos (erróneos) propios, en detrimento y menosprecio de las demás opiniones por ciertas que estas sean, unido ello a la exaltación de las palabras y a la utilización de muletillas vacuas, es una técnica muy conocida, empleada para imponer el desconocimiento por sobre la razón.
Los que no aceptan que hay quienes tienen más sabiduría (o conocimiento), muestran una muy pobre actitud frente a momentos decisorios. Son los que al fin de cuentas terminan presentado una faceta insustancial ante los requerimientos, y terminan "poniendo palos en la rueda" a todo aquello que no comprenden.