La frase manida de encontrarse "entre la espada y la pared", en sentido figurado significa encontrarse en una situación difícil. Otra frase, esta de la vida real, "estar entre las cuerdas", provienen de la situación en la que se encuentra un boxeador, cuando grogui, entre visiones opacas y sin capacidad para decidir, es consiente de que está entre la merced del puño demoledor del oponente y el límite de cuadrilátero.
Los cuadriláteros del boxeo son salvajes; allí se encierran fieras (lamentablemente humanas) con el único propósito de demoler a golpes al contrincante. No obstante, para esos boxeadores hay un "cuadrilátero" mucho mayor en superficie y barbarie, que es el mundo en el que les toco, y me extiendo, que NOS TOCÓ vivir.
Así , las circunstancias levan a unos y a otros a "buscarse la vida" en un mundo en el que no priman los Valores, sino el valor de tu codicia y falta de escrúpulos. Unos dando golpes, otros recibiéndolos, así va la vida, y así debemos aceptarlo en un mundo en el que solo se trata de sobrevivir, pero siempre mejor que el vecino, claro.
Difícil cambiar las reglas que dominan el ordenamiento maquiavelico de los "valores" que como sociedad hemos privilegiado. Solo nos queda adaptarnos, y sino sucumbir y si es posible, con decoro. Queda bien, fino, intelectual.
Pero sucumbir ¿a que?, ¿a la vida?, ¿a las ilusiones?. Una respuesta "adecuada" puede ser brutal para nuestra existencia.
Quizás lo mejor sea ser impermeables a estos aspectos, y solo ocuparnos de "vivir la vida", caiga quien caiga y ateniéndonos a lo que nos toque, total todo se justifica y ¡viva la vida!. No pensar ni comprometernos, y quizás así podamos sobrellevar de buena forma los avatares de un mundo complejo y poco amigable.
Pero no, no y no. Los que no aceptamos ese modelo de "complacencia", ni tenemos la posibilidad de cambiar el rumbo de la historia, nos queda debatirnos entre la ILUCIÓN Y LA REALIDAD, entre los SUEÑOS Y EL SANTUARIO DE LA DURA CALLE, un modelo por cierto, poco aconsejable para la salud mental.
Aunque psicólogos y especialistas defiendan que las premisas que planteo se contrarrestan con un "trabajo personal", algo así como decirnos que nos hemos dejado estar y pasamos por la vida como victimas para conseguir, ¡vete a saber que!, me parece esa formulación una simplificación tal, que solo sirve para justificar su trabajo.
Y es que ellos, los psicólogos, como tu, como yo, son víctimas de un mundo de relaciones imperfectas que como el infinito, el hombre no puede explicar con los fundamentos del mundo real, finito y felón.
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