La década de los 70 fue letal para nuestro país, y su sombra muy alargada.
El populismo peronista y el terrorismo asesino de Montoneros y ERP y su
consigna de instalar un régimen cubano marxista, fueron dos instrumentos al
servicio de la disputa del poder que no solo se cargaron la República dando
lugar a la ocupación militar, sino que calaron hondo en sectores de la política
y la sociedad civil con consecuencias nefastas hasta el día de hoy.
Lo que ahora me ocupa y preocupa, es que en las últimas semanas se comienza
a instalar como noticia un tema de extrema gravedad, la conformación de una
organización terrorista que, bajo el paraguas de las reivindicaciones de
pueblos originarios, la RAM Resistencia Ancestral Mapuche, estaría organizándose bajo las directrices de un personaje
siniestro como Fernando Vaca Narvaja (líder Montonero) al que se suman grupos
marxistas como Unidos y Organizados, la Campora, Tupac Amaru y Miles.
Bajo la reivindicación de la lucha armada para la recuperación de territorios
que dicen les pertenecen, grupos violentos y organizados han destruido refugios
del Club Andino Bariloche, incendiado
campos y puestos en la Patagonia, atacado a patrullas policiales, quemado maquinaria y camiones, entorpecen el trabajo de las compañías
petroleras en Vaca Muerta y últimamente destruyeron la casa de Chubut en Buenos
Aires.
Cuidado a este asunto que desde Jujuy hasta la Patagonia puede ser un grave
problema si es que no se toman las medidas necesarias en forma inmediata. Sumemos
a ello que el paquete bomba (típica acción del grupo terrorista ETA en España)
enviado a una empresa comprometida con el acto electoral, símbolo de la
democracia, no sería extraño que guarde algún tipo de relación con los grupos mencionados.
Recordar, las redes internaciones del terrorismo castromarxista aun están vigentes
y grupos locales para sumarse a ellas también.