ENTRE GARZAS Y FAISANES

Puede que fuera de España, si hablamos de "garzon", se píense en francés, aunque el joven mozo galo se escribe garçon. El RAE define garzón como el aumentativo de garza, aquella ave de cabeza sin pluma, pico muy largo,….. etc. Pero no vamos aquí de aves, ni garzas ni faisanes, sino de hechos infames.


Para los desentendidos, contaré que en España s se juzga en la Audiencia Nacional el caso "faisán", cuyo nombre deriva del nombre del bar en el que se reunían los amigos y dirigentes de ETA. En ese bar (año 2006) se iba a detener al jefe financiero de la banda terrorista cuando la propia policía española que lo iba a capturar le paso telefónicamente el chivatazo al sujeto en cuestión para que huyera a Francia.

Bien, ese caso lo lleva el juez Garzón, el que durante mas de dos años ha tenido archivado el asunto, presumiblemente porque de llegar hasta las últimas consecuencias en el caso, debería llegar hasta el mismísimo presidente del gobierno que es de donde se presume, se imparten las ordenes de no "fastidiar" a ETA en pleno periodo de negociaciones entre gobierno y banda terrorista. Hoy, el jefe de policía, el chivato, es consejero de la Caja Vital (banco vasco). Justo premio a un villano mercenario.

Es inmundo ver que en un estado de derecho como el que se supone vivimos en España, dos de los tres poderes INDEPENDIENTES del Estado, se ponen al servicio del terrorismo para congelar causas judiciales, mientras se orquesta una campaña encabezada por el jefe del gobierno, el ínclito ZP, para defender al ignominioso juez Garzón que, personalmente espero pague con la cárcel sus prevaricaciones, dilaciones, errores en las instrucciones y fundamentalmente, el saltar de la judicatura a la política y cuando está le afea, volver a la judicatura para encarcelar a sus verdugos (recordar el caso GAL y la prisión de Vera y Barrionuevo). Ahí esta la triste historia del caso GAL., y una vez más, la historia se repite, Gal, Psoe, Faisán, Psoe, todo vale para esta indigna clase dirigente, que aun hoy plantea una nueva y aberrante tregua con la banda.
Una nueva tregua trampa, como la bombas lapa que colocan los repugnantes y mal nacidos etarras. Pero la culpa no es de ellos, que son y serán asesinos de profesión, sino de los que rigen el Estado de Derecho, que se supone, es quien debe acabar con la complicidad entre el Estado y los terroristas.