CONFIDENCIAS (2). MI TÍO PEPE

Hoy somos lo que vivenciamos entre los 0 y 10 años
"vas a ser igual que tu tío Pepe". Así, con esta concluyente definición crecí y me hice mayor. La aseveración provenía de mi madre.
Mi tío Pepe es y fue un tipo fenomenal, especialmente para los de fuera de casa; bondadoso, juerguista, apasionado, bohemio y soñador…. . Una de esas personas que si hubiese canalizado su imaginación y saber estar hacia el lado útil de la vida, hubiese, triunfado.
¿Lado útil de la vida?, ¿triunfar?, ¿Qué es eso?.....
En un mundo en donde todo se mide por lo que tienes, el tío Pepe cuando tuvo, fue para muchos un gran tipo; hoy esos mismos que ayer lo idolatraron, solo lo recuerdan con pena……. "pobre Pepe".
Porque no triunfó, defraudó; porque no solo no hizo plata, sino que dilapido la que tenia de forma rápida y simple, dejó de ser el" gran Pepe". Compartió su vida con los paisanos a los que él sí entendía, y también con sus amigos de abolengo, los que no pocas veces abusaron de su generosidad.
Pepe le hacia gala a todo lo que hace al placer, aunque solo sea efímero; a lo que te hace sentir fuerte cuando es tu debilidad la que va por dentro. Así le gustaban las carreras de caballo, los juegos de naipes; la bebida, su perdición. Las mujeres no fueron su mayor "locura", salvo cuando se trataba del cabaret; allí sí que se sentía en lo suyo; fuerte, poderoso, generoso con quienes les festejaban su forma de ser, elegante, sincera, agradable.
El ocaso de su opulencia le sobrevino con tres hijos y una abnegada mujer, que luego de sentir por él un amor pasional, cayo rendida ante la evidencia de un hombre débil, incorregible. Hoy Pepe está solo.
Es al tío Pepe y su familia a los que menos veo; se poco de él, de mis primos, de mi tía. En casa se dice "que él se ha alejado", no creo que así sea, creo que no le hemos sabido comprender. También comprendo que no sea fácil entenderle.
Injusto al menos de mi parte, pues él fue un referente en mi adolescencia y juventud (y mejor que mi madre lo ¿ignorara?, aunque creo que no...), a veces como ídolo, otras como la evidencia de lo que no hay que ser y hacer en la vida.
Pero como bien viera mi madre, entre mi tío Pepe y yo hay cosas en común; y aunque la vida presente de uno y otro sea por el momento aparentemente diferente, en honor a la verdad, creo que no lo es tanto. Con mi tío Pepe nos unen las debilidades y ensoñaciones de mi abuelo Manuel Diéguez y la generosidad y el desprendimiento de mi abuela Mercedes Vidal.
Dos vida, dos historias, Pepe y su sobrino, el "Conejo", ¿un mismo final?.