... y la oposición cayó en la trampa.
Es tan irracional fijar la edad para poder elegir
cargos electivos en 18, como en 16 o 21 años, ahora bien es cierto que la
irracionalidad va perdiendo puntos cuando la edad avanza.
Me llama la atención que algunos políticos y
periodistas buscar la justificación o no, al voto a partir de los 16 años,
apelando a la ciencia médica, ya que resulta peligroso establecer una relación
entre la madures del cerebro y la posibilidad de elegir, porque ello nos
introduce de lleno en la discusión sobre la calificación del voto.
Dice Anibal Fernandez
"hace 100 años que se vota a los 18", y se preguntó:
"¿Los jóvenes no maduraron en ese tiempo?". Sobre la lógica de la madurez, debiéramos preguntarnos si así
fuera, quienes están maduros para votar, porque con la lógica de la madures
como condición, se abre la puerta para cuestionar a segmentos sociales que por
su condición, pueden haber “perdido” la madurez; por ejemplo, un enfermo
psíquico, un adicto dependiente, y otros colectivos, pueden carecer del
discernimiento oportuno derivado de su condición. A su vez, la misma ciencia
médica a la que se apela para justificar el voto a los 16 años, afirma que la
madures de la mente viene condicionada por la forma en que transcurrió nuestra
vida, alimentación, condición social, educación etc. Por lo tanto, por la vía científica
se puede llegar a la conclusión que tiene más madures un chico de 16 años
escolarizado en el Nacional Buenos aires, que un hombre de 35 cuasi analfabeto
y desarrollado bajo el umbral de la pobreza.
Vamos, que todo este asunto que a priori puede parecer
un tema menor, por lo precipitado e irresponsable de la propuesta, puede
transformarse en una locura propia de mentes paranoicas, las que por cierto,
votan ¡y vaya si votan!, en el Senado y en Diputados también.
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