La manifestación cívica que
anoche colmo las plazas del país, es la expresión más genuina de lo que la
sociedad siente: agobio. Agobio por la creciente falta de libertad, agobio ante
el acoso del delito y de la Afip, y muy especialmente, agobio ante el porvenir.
¿Qué estará pensando la
presidente en estos momentos?; ¿con quién
se reunirá el fin de semana?; ¿qué música llevaran sus interlocutores a sus
oídos?, y lo más importante, ¿tomará debida nota del mensaje que le transmitió
la sociedad?, creo que no.
Creo que su soberbia le llevará a ignorar la realidad; su arrogancia, a no cambiar un ápice el camino que recorre; su paranoia, a doblegar la apuesta, ahí está lo ocurrido con la rebelión del campo como ejemplo.
Creo que su soberbia le llevará a ignorar la realidad; su arrogancia, a no cambiar un ápice el camino que recorre; su paranoia, a doblegar la apuesta, ahí está lo ocurrido con la rebelión del campo como ejemplo.
Si así ocurriera, si en lugar de
rectificar ahonda el sisma que se está generando entre el gobierno con sus
alcahuetes y la sociedad civil, el peligro de provocación entre argentinos,
es una posibilidad a considerar. Ojala
me equivoque, pero por las dudas hay que estar preparados. Se vienen tiempo difíciles
y la calle será el escenario.
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