Días pasados se reunieron frente a los tribunales de
Comodoro Py, destacados líderes peronistas opositores al gobierno, que hay que recordar,
también es peronista. Moyano, De la Sota, De Narváez, Claudia Rucci, Amadeo,
entre otros, se manifestaron en contra del cierre de la causa judicial donde se
investiga el asesinato de José Ignacio Rucci, asesinato que fuera perpetrado en el marco de una
disputa entre peronistas de distintas facciones. Tanto los montoneros asesinos
como la víctima, el propio Rucci, eran peronistas del círculo íntimo de Perón.
Bidegain, peronista “de la primera hora”, era por entonces gobernador de la
Pcia. de Buenos Aires, y en su gobierno se alojó parte de la banda terrorista, con su hija Gloria, actual Diputada, como máximo referente, junto a
su compañero de aquellos día Daniel Vaca Narvaja, del terrorismo enquistado en
el estado, lo cual da pie al pedido de caratular como crimen de lesa humanidad el asesinato de Rucci. Hasta aquí el breve relato. (Leer
articulo Perfil)
Si bien la familia, amigos y compañeros de José Ignacio tienen
todo el derecho y el deber de reclamar justicia, también es cierto que todos
los que se reunieron frente a los tribunales son los únicos políticos que
tienen la posibilidad de frenar la escalda del totalitarismo marxista que está
imponiendo desde el gobierno. Y mas allá del dictamen de la justicia, el mejor
homenaje que sus compañeros peronistas y todo el pueblo argentino pude brindar
a Rucci y a tantas otras víctimas del
aquel triste momento argentino, es derrotando hoy políticamente, a los mismos
actores que hace 30 años, asolaron con bombas y muerte al país. El objetivo de los
montoneros de ayer, es el mismo de hoy,
hacer de la argentina una dictadura marxista. Los actores de hoy son los mismos
de ayer, más sus criaturas.
Para ello, lo primero que deben hacer los peronistas de bien, es separar
la paja del trigo, y hacer pública su autocritica; reconocer el error histórico
que fue, dentro del movimiento peronista, armar, alentar y cobijar a los
asesinos montoneros de Rucci y muchos argentinos más; reconocer que fue el
propio Peron fue quien los impulso, y cuando se diera cuenta de su error, fuera
él quien los echara de la Plaza tildándolos de “imberbes”.
El peronismo ha albergado y alberga lo mejor y lo peor de la
vida política argentina, pero si hoy los peronistas opositores quieren pedir y
obtener el apoyo de todo el pueblo para llevar adelante la causa del NO PASARAN
a los también peronistas K, deben
legitimar su accionar poniendo en sus justos términos, el alcance y compromiso futuro
del peronismo con los argentinos, respecto de la libertad, la igualdad y la
concordia. Que la historia no se repita, y para ello el peronismo disidente
tiene la palabra.
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