El fin de semana dio para hacer muchas cosas, desde la reparadora estancia en una estupenda casa de 1790 con todo el confort del siglo XXI, hasta visitas interesantes a pueblos y lugares, incluida la fiesta de la sidra en Arizcun, en uno de los valles más hermosos de Navarra: el Bastan.
Ziga era del pueblo donde nos alojamos, verde el color del campo, rojos los matices que ponen las hayedos, esplendoroso el sol del sábado, gris el color del cielo el domingo. Una extravagancia de imágenes que no hay fotos que pueda reflejar.
El grupo, como siempre, los amigos que en algún tiempo compartimos lugar de trabajo; allí no estábamos todos, las ocupaciones hacen que físicamente no siempre se pueda estar, pero sin estar, los que siempre están, estaban también en Ziga.
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