LOS DIAS DE LINA

El miércoles los niños reciben un llamado de su padre, algo poco habitual entre semana. ¡Jo que bien papi!, hiiujiii, si, si yo llevare mis ……
Lina escuchaba sorprendida desde la sala la conversación que Laura mantenía con su padre, mientras Nacho no dejaba de tirar del cable queriéndose poner al teléfono, hasta que lo consiguió. Si si, papi, yo también quiero ir… hypiii a mi también me llevan exclama! dirigiéndose a Laura mientras le saca la lengua.
Dejan el teléfono y en un vuelo se presentan ante su madre con los ojos como platos, brillantes, saltones. Mami, mami, papá nos lleva de excursión el fin de semana, si si si papa es genial, ¡a una casa rural!, que bueno, que bueno, ya vez y tu nunca nada, siempre lo mismo, y con gesto burlón le suelta Laura, ... que hay que estudiar, que hay que ordenar el cuarto, hay que….
A todo esto Lina se descomponía por dentro, pero entiende que son niños, que contra ellos no podía arremeter, aunque si por ella fuera, en ese momento abandonaría la casa y saldría al encuentro de Sonia, que para esta noche le había propuesto encontrase con dos amigos de la facultad que están festejando su reciente separación…. y ya llevan toda la semana en ello.
Lejos de toda posibilidad de abandonar el hogar, Lina sabe que aunque se liberará el fin de semana de tener a los niños, la preparación del viaje y la ansiedad que ello les produce le obligará contar hasta cien antes de dejarse llevar por la ira que le produce la actitud demagógica del padre.
Episodio anterior