El asunto es interesante, aunque no deja de ser triste, que personas que han creado artefactos hoy imprescindible en nuestra vida, les hubiese costado tanto ponerlos en el mercado. Incluso más de uno de los inventores habrá tenido que sobrevivir de cualquier modo, sin lograr disfrutar de los beneficios que luego otros recibieron.
En el curso de formación de la escuela de negocio de IESSE, hemos comentado casos relevante y yo he reflexionado mucho sobre el tema. Resulta lamentable la poca visión de miras y escasa apertura de mente de muchos directivos, que son los que eligen en definitiva, que hacer o dejar de hacer, y para ilustrar este tema, vallan algunos ejemplos curiosos:
El código de barras
ü La primera patente para un producto similar al código de barras (US Patent #2,612,994) fue expedida a los inventores Joseph Woodland and Bernard Silver el 7 de Octubre de 1952.
ü El código de barras fue usado por primera vez en 1966.
ü En Junio de 1974, el primer escáner U.P.C. fue instalado en el
ü supermercado Marsh's en Troy, Ohio.
Sobre la radio
ü “Esta caja inalámbrica no tiene un posible valor comercial. ¿Quién pagaría por un mensaje que no se manda a nadie en particular? "
Noviembre de 1916, E.J. Nally, vicepresidente de la Compañía Marconi Wireless Telegraph rechazando una propuesta de inversión en la radio.
Sobre en teléfono
ü “Este “teléfono” tiene demasiadas limitaciones para ser considerado seriamente como un medio de comunicación. Este aparato no tiene ningun valor para nosotros."
Informe interno de Western Union, 1876. En 1861 Western Union instaló la primera línea de teléfono transcontinental facilitando el más rápido medio de comunicación durante la guerra civil americana.
Sobre el ordenador (PC)
ü “No hay razón para que todo el mundo quiera tener un ordenador en su casa."
Ken Olsen, presidente y fundador de Digital Equipment Corp., 1977
Sobre la fotocopiadora
ü “Quien va a querer una copia de un documento sobre un papel blanco???!!!"
1940 Carta de rechazo a Chester Carlson, inventor de la máquina XEROX.
(Nota: de hecho, entre 1939 y 1944 alrededor de 20 empresas rechazaron esta idea “inútil”. Incluso fue rechazada por el Consejo Nacional de Inventores.)
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