LAS MAYORÍAS ABSOLUTAS

Los  totalitarismos y tiranías no siempre tienen origen en la fuerza, las democracias también han llevado al poder a feroces dictadores. Hoy pensaba en las mayorías absolutas que el poder popular otorga a los gobiernos y las consecuencias que de ello se derivan.

Es absolutamente lógico que todo político que se precie, trabaje para obtener el mayor respaldo electoral posible, lo contrario sería la negación de la disputa por el poder. Ahora bien, sabiendo que eso debe ser así, ¿no corresponde que entre todos nos impongamos a todos algunos límites a esas mayorías absolutas?. 

En materia tan sensible para una nación como es el ejercicio discrecional del poder siempre tenemos que ponernos en la peor posición, y en este caso saber que la condición humana es proclive a caer en el absolutismo, a creernos omnipotentes, aislarnos del medio e imponer nuestra verdad. Esto es así y en consecuencia hay que actuar para impedirlo.

Siempre estoy pensando en cuál es la mejor forma de gobierno, en los límites, en el equilibrio de los poderes, en los periodos y controles y si bien nunca se encontrará la forma de gobierno ideal, si es cierto que hay mejores y peores formas de administrar y distribuir el poder.

En el caso de las mayorías absolutas parlamentarías, considero que sería interesante cuando ello ocurra, que la aprobación de las leyes requiera de una mayoría calificada y no simple como ocurre en la actualidad. 
Así las leyes que remita el Ejecutivo requerirán de acuerdos parlamentarios para su sanción, para lo cual evidentemente habrá que negociar, llevando en cualquier caso habrá mayor seguridad, sabiendo que no se da lugar a gobernar dictatorialmente con la suma del poder por parte de una formación política.