(Cualquier semejanza con la realidad argentina es pura
coincidencia)
Un cuerpo en movimiento a lo largo de una recta recorre en
cada instante un punto diferente. En sí mismo este tipo de movimiento no es ni
virtuoso ni vicioso, pero cuando le
imprimimos una dirección y sentido la cosa cambia; no es lo mismo Mariana que
su hermana. Podríamos decir que el movimiento sobre una recta es inédito,
divertido, ilusiona ya que en cada instante presenta situaciones nuevas, únicas.
Contrariamente el movimiento circular o armónico de un cuerpo hace que este recorra los mismos puntos indefinidamente. Podemos cambiar el sentido, pero igual siempre pasaremos por las mismas situaciones; Mariana una y otra vez. Inversamente al caso anterior, este tipo de movimiento al revivir cíclicamente situaciones repetidas, es aburrido, desalentador, siempre más de lo mismo.
Salir del círculo para entrar en una línea recta con el sentido y dirección precisa no es poca cosa; hace falta romper atracciones y vínculos y ello requiere determinación. Es más practicable mantener el movimiento circular, cambiar si cabe el sentido y la velocidad, que liberar enlaces, relaciones y seducciones, condiciones indispensables para viajar en línea recta
Contrariamente el movimiento circular o armónico de un cuerpo hace que este recorra los mismos puntos indefinidamente. Podemos cambiar el sentido, pero igual siempre pasaremos por las mismas situaciones; Mariana una y otra vez. Inversamente al caso anterior, este tipo de movimiento al revivir cíclicamente situaciones repetidas, es aburrido, desalentador, siempre más de lo mismo.
Salir del círculo para entrar en una línea recta con el sentido y dirección precisa no es poca cosa; hace falta romper atracciones y vínculos y ello requiere determinación. Es más practicable mantener el movimiento circular, cambiar si cabe el sentido y la velocidad, que liberar enlaces, relaciones y seducciones, condiciones indispensables para viajar en línea recta
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