Así canta Horacio Guarany, y así se comprueba cuando nos acercamos a una copa de vino. Pero no es mi intención hablar hoy de vinos, tiempo habrá para ello. Sólo se trata de encabezar esta entrada con una simpática foto, junto a los padres de Lily con las barricas de fondo, en Haro, “la capital (riojana) del vino”.
Les cuento que la pasada semana, teniendo como destino Lourdes, “de paso” pasamos por Andorra. Fue un viaje hermoso, con parada previa en Lérida para visitar su antigua catedral, dormimos (y cenamos maravillosamente) en Andorra La Bella, para continuar viaje la siguiente mañana hacia el destino. De regreso a casa, pinchitos en San Sebastián; todo, en día y medio, apretado pero sustancioso.
Y como las imágenes pueden con las letras, no me enrollo, y vean las fotos del conciso viaje
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