Miguel Idurain, se bajo de la bicicleta en la Vuelta de España 1996, en Cangas de Onis, Asturias. Miguel Indurian fue un colosal ciclista que ganó cinco Tours de Francia consecutivos, y el titulo Olímpico de Contrarreloj en Atlanta 96.
Aun conservo la imagen de ese gigantón navarro devorando puertos de montaña con autoridad, pero al mismo tiempo con humildad, sin humillar al rival. Hoy, 10 años después de su retiro, su imagen de gran campeón sigue creciendo cuando nos enteramos que sus rivales hacían trampa. Bjarne Riis su gran contrincante en el Tours de 1996 ha reconocido que se dopaba por aquellas épocas; Erik Zabel, también se ha confesado, y el alemán Jan Ullrich, ganador del Tour de Francia 1997, no habla como sus compañeros del Telekom, pero está comprometido al ser suspendido del Tour en 2006 antes del comienzo por sospecha de dopaje.
El ciclismo es sin dudas el deporte más duro, pero cuando el deportista es grandioso, no necesita estimularse con fármacos ya que su coraje le sobra. Y para demostrarlo, vaya esta encantadora hazaña. Vicente Trueba, la “pulga de Torrelavega”, antes de acudir a su segundo Tour (1932), hizo algo descomunal. El día antes de disputarse la Clásica de los Puertos en Madrid, salió de madrugada de Sierrapando (Cantabria) recorriendo en el día los 422 kilómetros que entonces le separaba de Madrid. Cuando llegó fue a divertirse a la verbena de San Antonio de la Florida y al día siguiente corrió la carrera quedando segundo porque un infortunado pinchazo lo perjudicó. Regresó a su casa realizando el trayecto en bicicleta y dos días después partió para Francia... esta vez ya en tren.
En honor a los grandes hombres del ciclismo, vaya la mas firme de las condenas para los tramposos que buscan en las drogas el éxito que su condición les niega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario