(Aclaración Argentina es diferente)
La economía la hacen difícil los burócratas. Para un
economista 2+2 es siempre 4; para un político puede ser cualquier cosa según el
“contexto”. Cuando se trata de la economía de una nación, sea esta del tamaño que
sea, no hay diferencia alguna con la economía de nuestras casas o negocios y no
le demos más vueltas.
Los gráficos que anteceden este comentario son muy
elocuentes, mercados eufóricos y expectativa de la gente en la economía doméstica
cada día peor. ¿Qué nos indica esto?, que mientras continúe la fiesta del
dinero abundante y gratis, (no para la gente sino para los gobiernos y el
sistema financiero, mercados de bonos y bolsas), promovido por los bancos centrales,
fundamentalmente la Reserva Feral, Banco Europeo y Japón) los gastos
gubernamentales y las inversiones especulativas crecerán sin medida, al mismo
tiempo que crece la deuda de los estados; curiosamente dentro de esta fiesta,
la inflación en niveles mínimos. El dinero va bonos y bolsas pero no llega a la
gente, se deprime el consumo, tal como lo indica el grafico de expectativas, y
por esa razón la inflación esta quieta. En definitiva, se está generando otra
nueva gran burbuja en el mismo corazón de los mercados financieros.
Resulta paradójico que luego de todo lo vivido a partir de
la última crisis (2008) los políticos (los presidentes de los bancos centrales
lo son) no hayan aprendido nada al respeto. Se ha pretendido salir de la
crisis, y en apariencias al menos en USA se logró, echando gasolina al fuego.
La nueva crisis financiera/económica que vendrá, no sé cuándo
diablos será pero llegará, en ese momento habrá una nueva oportunidad de retomar
el camino de la sensatez; aunque en rigor de verdad no hace falta llegar a tales
extremos, pero así somos, hijos del rigor. ¿Qué debiéramos hacer en ese momento?
en primer lugar, decidir legislativamente que no se puede gastar lo que no se
tiene; en segundo lugar, que no se puede crear dinero de la nada para pagar lo
gastado. ¿Cómo se consigue esto?, tomando dos medidas: 1) regresando a la convertibilidad
de las monedas mediante algún patrón como tradicionalmente lo fue hasta 1981 el
oro (hoy podría ser una moneda electrónica como el BitCoin) y 2) eliminando la
reserva fraccionaria, esto es, no permitir a los bancos que presten
indefinidamente el mismo dinero. Con ello eliminaríamos el poder y la tentación
de los gobiernos y bancos centrales de imprimir billetes y por lo contrario,
fomentar el crecimiento comercial y el ahorro como base del crédito. ¿Parece
simple no? Y lo es, pero esa decisión está en manos de políticos, y es ahí donde
se estrellan mis esperanzas.
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