No hay daño mayor que instalar el sentimiento de odio allí donde
fuere. La sociedad argentina supo en el pasado lo que ello significa. El peronismo
y anti peronismo instalado a partir de 1945 hizo un daño terrible en nuestro
pueblo; familias amigos y compañeros de trabajo enfrentados por la instigación desde
el poder al resentimiento. Aun hoy los mayores recuerdan frases criminales como
“por cada uno de nosotros caerán cinco de
ellos”. El ellos y nosotros no es un invento de la narcisista (1) CFK, está
en la sustancia del totalitarismo peronista.
En los próximos años el gobierno que reemplace al actual tendrá
grandes desafíos que resolver, desde la recuperación de las Instituciones de la
República, a temas sociales y económicos de extrema gravedad. No obstante, la
sociedad deberá enfrentar un asunto mucho más delicado: RELLENAR LA GRIETA HORADADA
POR EL ODIO QUE HOY DIVIDE A NUESTRO PUEBLO.
Las cuestiones de índole racional como la economía, las
leyes y otros acuerdos, son de relativa fácil solución; en una legislatura se
pueden sino resolver, encaminar y ello es suficiente para recrear el optimismo.
No así las cuestiones que tienen que ver con los sentimientos, eso es de otra naturaleza
infinitamente más compleja.
El sentimiento de odio y el rencor que instala cotidianamente
la presidente, no es un acto de irresponsabilidad, sino que se corresponden con
la categoría de incitación a la
violencia. Todos sus últimos dichos y hechos apuntan en esta dirección, y
todo hace pensar que con el avance de los días y meses se acentuará aún más. El
pueblo argentino es víctima de una mente trastornada y un grupo de obsecuentes
mercenarios, y solo el ejercicio de la democracia en libertad pude librarnos que
se continúe profundizando la grieta.
- Entendido con el trastorno narcisista de la personalidad (TNP)
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