La frase “vamos por todo” en el argot político tiene un
significado demoledor: como tengo el poder, si quiero lo tuyo, ello
será mío.
Si al significado de las palabras le sumamos el contexto en
el que la presidente lo formuló, que fue
en el acto a la bandera y mientras estaba
hablando la intendente de Rosario, el sentido de las palabras cobra más trascendencia:
el absoluto desprecio por quien tiene la palabra y la falta de respeto con la
simbología del acto. Nada importa, “vamos
por todo”.
En la historia política peronista ha habido frases que
sembraron de terror nuestra patria: “por uno de los nuestros que caiga caerán cinco de los de ellos”; “al
amigo todo, al enemigo ni justicia”, por citar las más terroríficas.
Creo que dada la deriva que ha tomando el gobierno, la frase
“vamos por todo” no es una amenaza sino
una aviso de cómo se irá descomponiendo el sistema de libertades y propiedad privada.
La venezolanización de la Argentina ya está en marcha. ¿Qué espera
la oposición para denunciarlo?. ¿Qué espera para movilizar a sus bases?.
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