Una de las cuestiones fundamentales para “vivir feliz”, consiste en oponernos a que nuestras emociones nos lleven por donde no debemos ir, y liberarnos de las expectativas que nos impiden vivir el momento presente. Pero… ¿que ocurre si nuestras emociones son variadas y diversas y nuestras expectativas ocupan caóticamente nuestra mente?.
Hace muchos años me contaron un secreto para intentar ordenar la mente, y tomé nota de ello, pero solo eso:
Mi prodigiosa inteligencia es la más clara y pronta que puede concebirse. Mis asuntos están ordenados y disciplinados en mi cabeza como en un armario. Por eso cuando quiero interrumpir un asunto para ocuparme de otro, cierro su cajón y abro el correspondiente, así los asuntos no se molestan entre si, ni me fatigan.
Os aseguro que no es facil. Hace poco tiempo he decidido a ponerlo en práctica, y os seguro, ¡Vale la pena!
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