Desde 1978, las formación de gobiernos en España se ha dado
bien con mayoría absoluta, lo cual no presenta ningún problema para su
formación por parte del partido ganador, o mediante apoyos cuando no se ha
tenido mayoría suficiente, en todos los casos mediante el soporte de
formaciones nacionalistas, PNV o CIU. Las mayorías absolutas asemejan el
parlamentarismo a los sistemas presidencialistas, en donde no se requieren
apoyos externos para gobernar.
En los casos de Felipe Gonzalez o Aznar, cuando estos no tuvieron
mayorías suficiente para gobernar, como he dicho antes, éstos recurrieron a los
nacionalismos vasco y catalán, los que nunca integraron un gobierno nacional,
sino que a cambio de sus votos en el parlamento para la investidura, negociaron
a cambio prebendas económicas, impositivas e infraestructuras. Dicho sea de
paso, en ocasiones, los nacionalismos utilizaron el dinero del Estado Español
para dinamitar el Estado Español.
Por lo que ya estamos viendo en Andalucía, y según la
extrapolación de los resultados municipales a las generales, la dificultad para
formar gobierno después de las próximas elecciones generales, puede tener tres
consecuencias: a) la imposibilidad de formar gobierno
y tener que convocar nuevas elecciones; b) que surjan gobiernos débiles y la inestabilidad
sabemos está reñida con el crecimiento económico y social; y c) en el caso de
formación de gobiernos que EN PRINCIPIO podríamos considerar estables (solo por
el número de escaños que lo avalan), hoy los números indican que este seria de extrema izquierda.
Lógicamente las diferencias entre las “diversas izquierdas” (recordar el Frente
Popular) podría llevar a ingobernabilidad y sumir al país en un caos monumental.
Como se aprecia, las alternativas planteadas son letales
para el crecimiento del nivel de empleo y crecimiento económico, y hay solo una
única solución para que esto no ocurra, y es que surja un PACTO DE ESTADO entre
los dos partidos mayoritarios tradicionales, el que debiera sustentarse sobre
las siguientes líneas:
1.
El que gana gobierna con el apoyo del otro partido
sin necesariamente cogobernar
2.
Erradicación y depuración de los cuadros implicados
en casos de corrupción
3.
Transparencia y control gubernamental mediante el
control de los organismos de control en manos del partido de la oposición.
4.
Gobiernos que tengan como meta los postulados del
Tratado de Mastricht
No sé hasta dónde podemos confiar en los políticos, pero en
principio creo que ni Rajoy ni Pedro Sánchez están en condiciones de refrendar ningún
pacto. Primero tanto PP como el PSOE debieran regenerar sus cuadros dirigentes y
sus líderes dar un paso al costado y los respectivos Congresos dar luz verde a
la promulgación del Pacto de Estado.
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