EL des-gobierno de
CFK está acabado, pero eso no significa que no siga destruyendo el país
y maltratando a la inmensa mayoría de los ciudadanos. La única idea que tenía (lo
demás es solo rucar), era la re re elección y esto está, dentro del campo
democrático, definitivamente muerto.
Este des-gobierno no tiene gabinete, solo aduladores; no
tiene credibilidad, el solo hecho de ver lo que decía la presidente hace poco
tiempo y lo que resuelve ahora lo demuestra; no merecemos el más elemental
respeto internacional, entrar nuevamente en default será lapidario para todos;
este des-gobierno no tiene una idea
sensata, ni vocación de dialogar, solo tiene prepotencia y visiones de fantasmas
de aquí y de allá. Primero fue el campo oligarca, luego la mezquina clase
media, ayer los traidores trabajadores, siempre las corporaciones y el mundo que
se nos cae encima, cuando la realidad indica que nada de ello es así.
Como ocurre con los matrimonios, cuando uno de los cónyuges que
cree haberlo dado todo por el otro, descubre que se le es infiel, entonces saca
lo peor de sí y la maldad se manifiesta en grado superlativo, así, del mismo modo, tratará este des-gobierno a todos aquellos a los que sindica como los
traidores al modelo.
La conjunción de
victimismo y soberbia lleva a quien la padece esa lacra, a exponer lo peor de su condición, y ante este
escenario nos encontramos. A prepararse que se viene tiempos de arrebato en
cadena nacional.
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