POR UNA NUEVA REPÚBLICA

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martes, 12 de agosto de 2025

La Argentina que Viene: Una Visión Económica del Rumbo Actual


Este artículo presenta una explicación detallada sobre la coyuntura económica actual en Argentina bajo el gobierno del presidente Javier Milei, proyectando escenarios a mediano y largo plazo.

Introducción: Entendiendo el Panorama Económico

En este análisis, exploraremos tres aspectos clave: la coyuntura actual, las perspectivas a mediano plazo hasta el final del mandato del presidente Milei, y una aspiración realista para un segundo mandato que consolide el rumbo económico. El enfoque principal es resolver problemas heredados, como el exceso de pesos en circulación, y avanzar hacia una economía estable y dolarizada de forma natural.

La Coyuntura Actual: El Problema de los Pesos

¿Por qué los pesos son el verdadero desafío, no el dólar?

El gobierno ha explicado claramente que el problema principal en este momento no es el dólar, sino los pesos. La cantidad de billetes que dejó el gobierno anterior en la plaza es escandalosa. Realmente, no hay manera de ubicarla: la demanda de dinero es baja y no hay instrumentos financieros suficientes para absorber los pesos.

Recuerden que, antes de finalizar el mandato presidencial anterior, hablábamos de las "bombas" de las Leliq. No nos olvidemos: hablábamos de bombas, algo que explotaba. Gracias a Dios, eso no ocurrió. Ya han transcurrido más de 18 meses y el mercado, a mi juicio, tiene una estabilidad más que elogiable en todos los sentidos.

Ahora, hay una realidad: esta cuestión de esos pesos excedentes, de esa bomba de liquidez que eran las Leliq, se ha ido aplacando de alguna manera. Lo que podría haber sido una detonación se mitigó en un primer momento mediante una licuación y, posteriormente, se ha podido ubicar esos pesos mediante instrumentos financieros. El último instrumento financiero con el que contó el gobierno son las conocidas Lefis, una letra donde los bancos, al final del día, colocaban su liquidez en el Banco Central. Es decir, el Banco Central —mejor dicho, los argentinos— remunerábamos a los bancos por su dinero sobrante.

El gobierno le dijo a los bancos: "Señores, las Lefis solo estarán disponibles por un año, y se terminan". Los bancos no le creyeron y esperaron hasta el último día para ver qué hacían. Cuando hubo que hacer algo con todos esos pesos, resulta que no hay en la plaza argentina instrumentos financieros como para poder absorber toda esa inmensa liquidez. El mercado de cauciones es un mercado muy chiquitito. Las emisiones de Lebac que había, donde los bancos podían aparcar ese dinero, no alcanzaron. Hubo que hacer una licitación extraordinaria.

Entonces, estamos dando vueltas siempre sobre qué hacemos con ese sobrante de pesos, moviéndolos dentro de un circuito financiero y un sector financiero que, si bien es lícito y sus operaciones son a mercado, bajo ningún punto de vista se lo puede castigar porque es, por el momento, la única posibilidad que hay de conducir esos pesos. Pero esto no puede durar infinitamente. Evidentemente, cada vez que el Tesoro tiene que hacer una nueva renovación de sus letras, tiene que pagar un interés. Y esto va a cuenta del superávit financiero, que gracias a Dios lo tenemos y lo podemos cubrir bien todos los vencimientos de pesos.

Hasta ahí, digamos que este escenario no es la esencia del problema, sino la realidad transitoria que estamos viviendo.

El Trilema Monetario: Las Decisiones del Gobierno Milei

¿Cómo resuelve el gobierno el dilema de la política económica?

Para resolver la esencia del problema, el gobierno Milei se enfrentaba al inicio de su gestión con lo que se conoce como Trilema Monetario. El Trilema Monetario indica que no podemos tener al mismo tiempo libertad de movimiento de capitales, autonomía del Banco Central y tipo de cambio fijo; a una de esas variables debemos renunciar.

El gobierno ha optado por la libertad de movimiento de capitales, por un tipo de cambio que flota entre bandas y ha renunciado a la política monetaria. ¿Esto qué significa? Que tengan la posibilidad de, por ejemplo, emitir dinero, de contraer dinero y de fijar la tasa de interés. Esto es lo que hacen la gran mayoría —por no decir todos— los Bancos Centrales del mundo (por cierto, al mundo con este sistema no le está yendo nada bien).

¿Qué es lo que ha decidido desde el primer momento el gobierno de Milei? Como ya dijera, en primer lugar, optar por la libre movimiento de capitales. Eso se empezó a ver plasmado a partir de lo que llamamos el cierre del cepo. La liberación del movimiento de capitales, si bien no es total, en gran medida se puede decir que hoy hay libertad, y lo poco que queda aún atrapado se va seguramente a liberar en el corto plazo.

La segunda cuestión es tipo de cambio fijo o variable. Bueno, el gobierno acá se ha inclinado, en una primera instancia, a dejar que el peso flote libremente, y creo que por el momento no hay otra posibilidad que la flotación sea entre bandas. O sea, que dentro de esas bandas hay un tipo de cambio variable, dispuesto por el mercado.

¿Por qué nos ponemos nerviosos cuando el dólar sube y, paradójicamente, también nos ponemos de los pelos cuando baja? Ocurre que, como no estamos acostumbrados los argentinos a que nuestra moneda se aprecie y se deprecie —lo que ocurre con todas las monedas del mundo—, aquí nos parece que si hoy baja 60 pesos es un escándalo porque está muy barato, y si mañana sube a 80 pesos nos parece un escándalo porque el dólar está fuera de control. Esto es una deformación que tenemos los argentinos y debemos corregirla.

La tercera cuestión es desmantelar la posibilidad de que el Banco Central realice política monetaria, y acá es la clave de lo que ha decidido el gobierno. ¿Recuerdan que en campaña Milei hablaba de cerrar el Banco Central? Bueno, quizás la gente más incauta está pensando que el presidente Milei se olvidó de eso. No, el señor Milei no solamente no se olvidó, sino que lo hizo. Hoy el Banco Central no existe más como Banco Central al uso, como lo fue en Argentina desde su creación y como lo es la Reserva Federal, el Banco Central Europeo o los distintos bancos de los distintos países del mundo.

¿Por qué digo esto? Porque el Banco Central ya hoy no tiene más capacidad de emitir dinero. El Banco Central ya hoy no fija la tasa de interés y, por lo tanto, el banco se ha transformado en un **Banco de Reserva de Valor**. ¿Qué significa esto? Es un banco que lo que hace es atesorar dólares —en algún momento será oro o cualquier otro activo— que en definitiva sirva como respaldo para que todos los compromisos que el Tesoro Nacional y el propio Banco Central ya ha adquirido y los que pueda adquirir en el futuro. O sea, que es un banco que da respaldo con sus reservas al Tesoro.

Alguien me podrá decir: "Bueno, esto está en contra de la Carta Orgánica del Banco Central". En rigor de verdad, puede que sí, o puede que no, porque en definitiva, lo que el Banco Central tiene como misión es cuidar o conservar el valor de la moneda, y eso es lo que está haciendo de una forma distinta al no emitir, como lo han hecho o como lo hacen tradicionalmente otros bancos centrales (hoy esto lamentablemente no esta ocurriendo). Pero eso es lo que está haciendo bien.

A Mediano Plazo: De la Bicicleta Financiera al Crecimiento Económico

¿Cómo absorber los pesos sobrantes de manera sostenible?

Hemos dicho que el problema de hoy son los pesos, y que se ha cumplido lo que Milei en campaña ya venía diciendo: "el cierre" del Banco Central. Ahora, centrémosnos en qué es lo que pasa con los pesos y cuál debe ser el único destino que corresponden tener esos pesos respecto de la forma en que se están administrando actualmente, aspirándolos a un costo alto, esto es transitorio, tienen los meses contados. No sé si se puede fijar un tiempo en la economía, pero puede decirse que la administración financiera de la liquidez tiene que fenecer en algún momento.

¿Cuál es la solución? Hoy, este dinero que se está manejando dentro del circuito financiero está en muy pocas manos. Son las que se llaman "manos fuertes", que están dadas por los bancos, las compañías aseguradoras, los fondos de inversión. En fin, son instituciones de los mercados organizados, lícitas —absolutamente lícitas—, que hacen negocios lícitos —absolutamente lícitos—, pero que no siempre eso es el fin último que un país debe perseguir, porque en definitiva, un país no debe perseguir que haya una bicicleta financiera, sino que lo que debe perseguir es crecimiento económico.

Entonces, ahora viene la cuestión: radica en cómo hacemos para pasar de lo que es hoy una bicicleta financiera —que compro una letra hoy, la vendo mañana y compro dólares; otros me los venden, porque hay que tener en cuenta que cada vez que un señor compra dólares, hay otro señor que se los vendió, con lo cual es un traspaso de pesos y dólares de la mano A que vende a la mano B que compra. ¿Y qué hace A con esos pesos? Compró una letra y dentro de 30 días vende la letra y vuelve otra vez a comprar los dólares que vendió hace 30 días atrás, y siempre está girando la rueda alrededor de las mismas manos, en pocas manos fuertes.

¿Qué es lo que hay que hacer para dejar el círculo vicioso y entrar en el virtuoso? Es aquí donde estamos en un problema, porque nos encontramos a dos meses de dos elecciones trascendentales. Van a ser meses muy turbulentos, en donde hay mucha indefinición política y la gente no se anima a hacer lo que hay que hacer, y es que los bancos actúen como bancos: que los bancos pongan líneas de crédito para la producción agropecuaria, para la producción industrial, para la pequeña y mediana empresa, para los cuentapropistas, para los créditos personales; en fin, para cualquiera que necesite dinero para hacer cualquier cosa, bien sea un negocio, comprar un bien, lo que fuere. Y si no tiene ese dinero, va al banco y se lo pide.

Ahora bien, el banco puede extender líneas de crédito, pero si se da vuelta y del otro lado no encuentra nadie que le esté demandando ese dinero, el banco entra en un problema de exceso de liquidez. O sea, que si la demanda de dinero no existe, estamos en un problema. Y en ese lugar estamos hoy.

¿En qué debemos confiar? Bueno, yo particularmente espero que las elecciones de medio término se resuelvan favorablemente para el gobierno. Y cuando digo favorablemente, quiero decir que se va a votar por mantener este rumbo económico que ha puesto el presidente Milei, que no vamos a volver al populismo y, por lo tanto, seguramente en los próximos meses esta demanda de dinero por parte de los particulares empezará a surgir.

¿Qué debería ocurrir? Vamos a poner un ejemplo: un señor tiene dos líneas de producción; mañana dice: "Bueno, voy a poner una tercera línea de producción porque veo que tengo condiciones para exportar o porque veo que el mercado interno tiene posibilidades de crecimiento". Voy a hacer una tercera línea de producción, para lo cual tengo que hacer una nave de 10.000 metros cuadrados. Bien, para hacer una nave de 10.000 metros cuadrados, hay que contratar a una empresa que haga la nave y para ello debe comprar las chapas, perfiles, vigas; tiene que hacer toda la parte de infraestructuras. En fin, un montón de cuestiones en donde ya el dinero —ese que pidió al banco— se va repartiendo en un montón de otros señores: el que construye la nave y la infraestructura, el que hace los accesos a la nave, y así podemos seguir multiplicando las cuestiones.

Luego, esa nave hay que ponerle maquinaria, entonces hay que comprar maquinaria. Esa maquinaria evidentemente requiere de que el señor que fabrica esa maquinaria compre los insumos, arme la máquina, pague mano de obra, salarios. Otra vez se va repartiendo ese dinero. Evidentemente, ese señor necesitará después cuestiones de logística y así más reparto de dinero. Luego necesitará abrir mercados y salir al mundo para vender su producción. Por lo tanto, ese señor que fue al banco, pidió dinero; hoy vemos que ese dinero a lo mejor se distribuyó en 10.000 bolsillos.

Si ustedes lo empiezan a multiplicar por todos los señores que van al banco a buscar dinero, se van a encontrar que en un determinado día no va a haber más pesos, y eso va a pasar cuando la cantidad de pesos que está fija esté totalmente demandada. Y en ese momento, evidentemente, la tasa de interés se irá a las nubes y la gente no va a querer tomar nunca más un crédito en pesos. ¿Y qué va a hacer? Tomar créditos en dólares.

¿Por qué? Porque dólares hay y hay muchos: no solamente los dólares que hay dentro del país —creo que somos el tercero, cuarto o quinto país del mundo que más dólares tiene—, sino porque además, en ese momento, podrá acceder al crédito internacional cuando tengamos acceso al mundo a poder financiarnos.

A Largo Plazo: La Dolarización Endógena y un Futuro Estable

¿Cómo se materializará la dolarización prometida por Milei?

Por lo tanto, aquí se da la segunda cuestión que Milei siempre dijo: "¡Voy a dolarizar!". Pero no era como la gente podía pensar que ello iba a ocurrir, que le iban a decir: "Vengan ustedes, traigan los pesos y el BCRA les dará dólares". Va a pasar lo que Milei llamaba dolarización endógena, que seguramente nadie entendió o no le creyó.

La dolarización endógena se va a dar el día que no haya más pesos, y eso va a ocurrir. Y aquí es donde yo al principio les decía que necesariamente tiene que haber dos mandatos del gobierno de Milei. Porque seguramente toda esta cuestión de que yo les estoy relatando no va a ocurrir en los próximos dos, 10 o 12 meses. Va a ir ocurriendo en el tiempo, y ese tiempo de esta primera gobernación de Milei seguramente comenzará de a poco y en alguna medida con la dolarización endógena, pero la dolarización total y absoluta tardará. No digo que el peso va a desaparecer; quedarán pesos remanentes, bien para pagar impuestos, bien para comprar cosas. Todo lo que sea menor de 100 USD se podrá pagar con pesos; el resto se pagará con dólares.

Y la Argentina habrá entrado en un proceso de dolarización sin que nadie nos lo imponga. Va a ser el mercado el que, al no haber más pesos —lo que va a implicar que la tasa de interés va a volar por los aires—, demandará dólares y comercializará en esa moneda. Es decir, me endeudo en dólares, que va a ser —no sé— la tasa de Estados Unidos hoy (4,20% o 4,8%, depende del plazo) sumado el riesgo país que podamos tener. Se supone que en ese momento tendremos un país con muy bajo riesgo crediticio y, entonces, se podrá endeudar en dólares al 6%, 7% o quizás menos también.

Esta es la cuestión final, digamos, de lo que podría ser el segundo mandato de la gestión Milei. Cuando todas estas cosas se hayan dado, cuando nosotros tengamos justamente un movimiento de capitales absolutamente libre, donde tengamos seguramente ya no bandas de flotación sino directamente un tipo de cambio libre, donde ya no tengamos más un Banco Central con capacidad de emitir dinero sino solamente que sea un banco de reserva de valor, y por lo tanto estaremos blindados de que cualquier gobierno —por más populista que sea— le va a hacer casi imposible poder retrotraer todas estas cosas, porque para ese momento la sociedad va a tener un nivel de confort desde el punto de vista económico y social que no querrá regresar al pasado.

Y cuando digo confort, quiero decir estar satisfecho como se ha resuelto la parte económica, la inflación desaparecida, porque los salarios habrán crecido, las jubilaciones habrán crecido, el empleo habrá crecido, el producto per cápita habrá crecido y la Argentina será un país absolutamente diferente. Y entonces, a partir de ahí, los gobiernos se podrán diferenciar en cuanto a qué elegimos después de ocho años de Milei, por otras cuestiones totalmente desligadas de la economía. Discutiremos cuestiones relativas a la regionalización del país, su estructura de gobierno, la composición de la matriz económica —que no sea primordialmente extractiva (minería, petróleo o agrícola-ganadera) sino que fuere más por lo tecnológico—, discutir fuentes de energía, apostar por los centros de datos y un sinfín de cuestiones que hacen a la vida del hombre.

Pueden haber distintas cuestiones a debatir, pero los problemas de fondo que han afectado durante 80 años o más a la Argentina y que hoy también están afectando al resto del mundo, habrán quedado atrás. Porque en esto tenemos que ser absolutamente conscientes de que los problemas que causó el peronismo en Argentina hoy están ocurriendo en Europa y en Estados Unidos, y desde hace muchos años. En fin, hoy hemos hecho una "exportación" de la desgracia del populismo, y ni que decir de Latinoamérica, donde el populismo ha devastado naciones.

Conclusión: El Camino Hacia la Solución

Así que, queridos amigos, yo espero con esta breve reseña haber intentado dar una explicación a un problema de hoy —los pesos— y al darles un camino, diría yo, el único camino por el cual se puede llegar a resolverlo: que es el crecimiento económico que demanda pesos. Esto es lo que los populistas llaman —sin saber lo que están diciendo ni mucho menos cómo hacerlo— ocuparse por la microeconomía.

Sabemos que hay una fuerte crítica de que este gobierno parece solo se preocupa por la macro; en principio era lo que había que hacer, porque sin macro no hay micro. Y por lo tanto, lo que falta ahora es que el nexo entre la macro y la micro funcione; ese nexo se llama banco comercial, crédito, inversión.

 

Puntos clave para recordar:

- **Coyuntura**: Exceso de pesos heredados; se gestiona temporalmente con instrumentos financieros.

- **Trilema**: Elección por libertad de capitales y flotación del tipo de cambio, renunciando a la política monetaria tradicional.

- **Mediano plazo**: Fomentar demanda de crédito para producción y crecimiento, absorbiendo pesos.

- **Largo plazo**: Dolarización endógena natural, blindando la economía contra populismos futuros.

- **Largo Medio plazo**: Este artículo no considera la vigencia del Dólar en el escenario del comercio mundial. 

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