17 días entre la proclamación del futuro presidente y su
asunción pueden parecer muy pocos, pero en esta oportunidad serán un océano. Serán
17 días en los cuales quien gane deberá ya no solo presentar equipos, sino cerrar acuerdos
dentro y fuera del país. Al 10 D hay que llegar con las alforjas llenas y el espinazo
erguido.
A priori, el “común denominador de la gente” ve como lo más complicado a
resolver resulta ser como y cuando se levanta el cepo cambiario, que como veremos, si
bien es fundamental para poner en orden la economía, ahí no reside el problema critico. El precio del Dólar es una consecuencia
y por lo tanto no reside
ahí la cuestión de fondo.
Respecto del valor del Peso vs. el Dólar, si nos ponemos en
el peor escenario, CERO RESERVAS y MAXIMA DESCONFIANZA EN EL PESO, en teoría si
todos queremos dólares y estos no existen, su precio es infinito, y esto
sabemos que es absurdo; entre 14/15 pesos e infinito, hay un precio, y se debe
procurar que ese precio sea el menor posible. ¿Cómo lograrlo?. Veamos
1.- El día 24 N se debiera estar en el despacho del Juez
Griesa gestionando el levantamiento de las medidas que ha tomado el Juez y que
nos han impedido acceder al mercado de Capitales; la negociación con los Fondos acreedores se debe retomar de inmediato.
2.- Logrado el punto anterior, anunciar la emisión de un primer
tramo de un bono en USA a 10 años por 15 mil millones de Dólares, procurando
una tasa de corte en torno al 4/5%
3.- Al mismo tiempo emitir un bono “Nativo” en Dólares, (no
contra pesos) a 24 meses y con una tasa de 3%. Este punto es vital, ya que en
el compromiso de todos los argentinos que poseen Dólares al apostar por el
gobierno poniendo sus ahorros en el mercado, ira la suerte del gobierno y de la
nación.
4.- Unificar las emisiones de Letras de Tesorería y retirar Pesos del mercado
mediante el canje por un Bono a tres años en pesos con cláusula IPC
correspondiente al periodo y tasa del 4%.
Si se anuncian en el discurso de investidura decisiones que se encuentren en la línea de lo indicado, al menos desde el punto de vista financiero, el día 11D se podrá liberar el mercado de cambio sin que ello signifique catástrofe alguna. Bajo las condiciones expuestas y en el marco de la confianza que debe generar un gobierno que avanza con medidas concretas y realistas, ¿por qué pensar que el precio del Dólar va a ser mayor el día 11 D que hoy en el único mercado que existe, el del "contado con liqui"?. Y si baja?. Porque no.
Lo realmente delicado no es la situación cambiaría y financiera, sino la
economía, en donde sí habrá que hacer malabares para lograr una rica tortilla
sin romper demasiados huevos.
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