Elegir nunca ha sido
fácil y claro que entraña riesgos!
Si tenemos en cuenta que
lamentablemente en un régimen estatista como el nuestro, la vida de cada uno de
nosotros depende de la voluntad de los gobernantes, coincidiremos que votar para
elegir al autócrata que nos mande es una cuestión de máxima trascendencia.
En rigor de verdad no tengo
ningún partido que me represente, los liberales estamos fuera de este sistema
argentino de ver la vida. Por lo tanto a la hora de votar, observo quién es el
que menos daño puede hacer a mi libertad, y en esa línea de pensamiento he
llegado a la conclusión de que Sergio Massa cumple esa premisa. ¿Por qué no
Macri?, porque no me gusta su forma de hacer política, su intransigencia y su
autocracia; la prueba está en cómo conduce su propio “partido” y lo
entrecomillo porque el PRO no es un partido político, sino la marca electoral
de Mauricio Macri. Después de 10 años, no tiene personería Jurídica en la
Provincia de Buenos Aires, no tiene estructura de partido, ni las decisiones se
toman en cuerpos colegiados, sino entre amigos. Massa aún no ha tenido tiempo
de consolidar el Frente Renovador como un auténtico partido democrático, y si no
lo hace, también lo abandonaré.
En nuestro sistema híper
presidencialista, la figura del presidente ha cobrado ribetes más propios del
renacimiento que la edad moderna; el feudalismo, los plenos poderes, el
despotismo y el nepotismo y la autosuficiencia llevan a nuestros gobernantes al
rango de tiranos absolutistas. Y no se trata de que sean más o menos afines a
mi ideología o de sus modales para aceptarlos o rechazarlos, la autocracia como
forma de gobierno no la aceptaré jamás.
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