Muchas veces he estado tentado a considerar que los chinos
habían logrado cuadrar el círculo, logrando que un sistema político sanguinariamente
totalitario, tuviese en apariencia, un sistema económico y comercial de libre
comercio mediante el cual han logrado un crecimiento espectacular. Desde Mao
hasta aquí, la liberación de la economía ha sido fabulosa, pero no tanto….
En China, todo lo que tiene éxito cuenta con la
participación o al menos la bendición del Partido; no hay posibilidades de
crecimiento de ningún emprendimiento sin el apoyo del partido. Quienes lo han
intentado están en la cárcel o en el cielo. Así mismo, el crecimiento no se
sustenta con invenciones, sino con copias de modelos o procesos existentes
producidos a bajo costo debido al irreal sistema de seguridad social y bajos
salarios.
La transformación del sistema económico y comercial comenzó
con Deng Xiaopinig, el arquitecto del modelo que bajo la analogía de “la jaula y el pájaro” definiera el rol
de la economía y del Partido; el pájaro era la economía china y la jaula el
control del Partido.
Desde entonces en china lo que ha ido creciendo, es el tamaño de la jaula, pero el pájaro jamás ha
tenido la posibilidad de volar
libremente, la puerta de la jaula bajo el actual régimen está clausurada.
Para poder evaluar que puede ocurrir con crecimientos
económicos “enjaulados”, debemos observar por ejemplo, que ocurrió con el importante
crecimiento de la URSS en los años 60 y 70 y como terminó aquella experiencia, todos conocemos. Si bien la base del crecimiento económico ruso respecto del chino
es muy diferente, mientras la economía de la URRS se apoyaba en la fabricación
de armamento y maquinaria pesada, la de China hoy está infinitamente más
diversificada. Aun así, debemos tener presente que en ambos casos hay una coincidencia: el poder político y económico está en una
misma mano, el Partido todopoderoso, él que ha entronización un régimen
autoritario y dictatorial.
Bajo esta premisa, es muy difícil que China pueda continuar
con el nivel de crecimiento de los últimos años, y aunque aún le pueda quedar
mucho por avanzar, seguramente que el comienzo del ocaso se manifieste inicialmente,
en un mayor y progresivo decrecimiento económico, algo que ya estamos viendo.
¿Cómo
terminará por resolverse la revolución?. ¿Se dejara al pájaro volar o se
achicará la jaula? De ello nadie se atreve a dar pistas, aunque seguro que la resolución
en uno u otro sentido será traumática y como siempre, la pagará el pueblo. Ahí
está Tiananmen como preludio.
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