La República como forma de organización nacional, es en sí mismo una definición del orden institucional. División de poderes, respeto por la ley y limitación del poder, son elementos innatos a la República.
Es muy frecuente entre el mundo mediático político, mencionar a la democracia como valor insuperable de una forma excelsa de conducir la función pública, cuando en rigor de verdad es solo el medio, bien dicho él único medio legítimo para alcanzar la representación popular.Sin embargo muy poco se escucha hablar de La Republica, valor supremo que debe preocupar a cualquier candidato que, mediante la democracia, pretenda ostentar el ejercicio del poder.
El sistema republicano es el único que puede acercar al ciudadano a la felicidad, entiendo este concepto como un bien intrínseco a un sistema de libertad y justicia. Desde Roma hasta nuestros días, La República es el sistema que identifica a los países que progresan, con la salvedad de los sistemas monárquicos-parlamentarios que aún perduran en Europa. En la vereda de enfrente encontramos a los populismos totalitarios que empobrecen y encarcelan a su pueblo sin piedad.
En la etapa actual de nuestro sistema político, la peor calificación le corresponde a los partidos políticos, y ello queda patente: aunque la democracia se afianza, la Republica retrocede. Esto no es novedad, muchos estados que han caído en el despotismo, sus gobernantes han sido encumbrados en el poder mediante el voto popular.Es importante que los políticos de fuste de la argentina tomen nota de esto, y distinguir entre el adversario político y el enemigo, que no lo es de la política, sino de la Republica.
Hoy como en los años 70, con otras formas pero con el mismo sentido ideológico, La Campora, descendencia de la JP-Montoneros, persigue la constitución de un sistema de gobierno absoluto y totalitario, revestido de un populismo abyecto. La Campora quiere reivindicar a sus progenitores, con Cuba y Venezuela como ejemplos a imitar.
Es importante que todos los adversarios políticos se una al menos en este punto, he identifiquen a los verdaderos enemigo de La Republica, y en nombre de ella, acuerden su defensa. Les pido poco; espero sean generosos.
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