El circuito de Spa-Francorchamps es posiblemente uno de los más bonitos para pilotar, con su mítica curva Eau Ruge la cual hacerla a fondo, acerca a los pilotos a la gloria suprema.
Eau Rouge es una curva de alta velocidad a la que se llega tras una larguísima recta en bajada. La entrada de la curva coincide con el punto donde la pista empieza a subir, y la sensación que tienen los pilotos en ese cambio de dirección unido al cambio de altura es indescriptible. Para ser justos, lo que hace más mágica si cabe a Eau Rouge, es la conjunción con la curva ciega a derechas y en subida (10% de pendiente) que le sigue, Raidillon. Las velocidades que se alcanzan en Eau Rouge rozan los 300 km/h
No hay comentarios:
Publicar un comentario