MASSA ¿VERDADERO O FALSO?

Hay algo en Sergio Massa, a quien vote como diputado, que no me cierra; lo escucho, quiero entender sus buenos argumentos, tiene la lista de prioridades correcta en su discurso, pero que quieren que les diga, me parece una gran embaucador.

Revisando la página Web del frente Renovador, se encuentran proyectos de ley interesante, al menos en sus títulos, ya que me deja abrirlos, y otros casi cómicos que por suerte han desaparecido, como el que pretendía bajar la inflación mediante por ley.

En entrevistas periodísticas, le he oído decir que propone una ley para que los delitos de corrupción no proscriban, ha pedido el juicio político para su amigo (que ahora esconde) Amado Boudou, lideró la oposición a la reforma del Código Civil y consiguió su objetivo, su bloque voto en contra en la ley que limita la responsabilidad civil a los funcionarios y al Estado y hasta propone el ¡Juicio de Residencia!. Chapeax!

No obstante, y ahí mi desconfianza, resulta muy fácil proponer leyes o juicios políticos a sabiendas que no van a prosperar, dado que los números en ambas cámaras dan la derecha al FPV, a sabiendas también que en el caso de ser gobierno, regirán las leyes que hoy rechazan, y de las cuales se “beneficiarán” personalmente, no habiendo escuchado que su primera acción de gobierno será intentar derogarlas.

Por lo tanto mejor que proponer es realizar hechos conducentes, y en este caso sería bueno que Massa y todos los que pretender el sillón de Rivadavia, se comprometan con su firma, cumplir cinco postulados que nos garanticen a los ciudadanos que en el caso de tocar gobernar, privilegiaran por sobre todas las cosas a la República, que aclaro, no es la democracia.

Así es que promuevo la firma del Acuerdo por la República, un documento cardinal en defensa de nuestra forma de vida como nación, y sobre él cual debería ejercer el Juramento a quien le corresponda ser Presidente de la República Argentina.

POPULISMO, VILLA Y VILLEROS

¿Cuántos de los que habitan en una villa hubiesen elegido ese ámbito y forma de vida libremente?

El asunto está en que quienes habitan en una villa (inicialmente “miseria” luego “de emergencia”, hoy de miseria permanente), en ningún caso tuvieron opción alguna de elegir su forma de vida; los diversos gobiernos con su malformación ideológica los hacino y condeno a vivir allí. En un país donde el estado en los últimos 80 años se adjudicó el porvenir de cada uno de nosotros, no se puede culpar a nadie más que al estado populista y paternalista que con su omnipotencia, considerara que esa forma de conducir al pueblo era lo mejor para el pueblo.

En un país donde los gobiernos disponen dictatorialmente, hoy igual que ayer, qué, cómo y cuándo se hace o deja de hacer tal o cual cosa, una de las cosas que decidieron, fue dejar desarrollar guetos en el “gran buenos aires”, originados en la pobreza que imperiosamente crecía en el interior del territorio nacional. 

Dado que en este país la industrialización es un tema del gobierno y la creación de puestos de trabajo otro tanto (de lo contrario para que existen ambos ministerios) es única y exclusivamente responsabilidad de los gobiernos no haber contenido con fuentes de producción, la marea incesante de gente que se vino y viene a buscarse la vida a la “capital”. Y desgraciadamente y sin solución, aquí malviven, dando lugar a una clase social denominada “villeros”; villeros que NO eligieron ese destino, sino que fueron engañados y hacinados por los gobernantes que ellos mismos vitorean. Trágico!

En un país donde al empresario se lo putea y al capital se lo combate, resulta ser responsabilidad única del gobierno dotar de capital de trabajo, fábricas e infraestructuras para que el pueblo puede ejercer sus habilidades. Y aunque ya se sabe que ello es utópico, los gobernantes argentinos en el último siglo han hecho de esta premisa una cuestión de fe y de corrupción salvaje.

Y como una imagen habla por mil palabras, ¿Qué imagen tenemos de Cuba, Haití, Corea el Norte, hoy Venezuela, otrora la Alemania del Este, o la URRS?. Allí donde ha imperado el populismo y el totalitarismo del estado, asola la miseria y la opresión, y si bien en el mundo capitalista no es oro todo lo que brilla, la libertad y la justicia (sin calificativo) son valores que se cultivan, al capital se lo acoge y al empresario se lo premia, y las villas y villeros, historias asociadas con países gobernados por populistas y demagogos como nuestros mandamases, con Perón como ejemplo mundial del daño que puede llegar a hacer un embaucador a una potencial gran nación. Quien mal anda, mal acaba.